Hoy quiero hablarles de un tema que me apasiona profundamente. No es fácil de explicar, ya que, por más que se hable sobre ello, nada se compara a la experiencia de vivenciarlo. Sentir cómo esta técnica terapéutica puede tocar y transformar tu vida es algo único.
Es importante recordar que las Constelaciones Familiares tienen sus raíces en el trabajo de pioneras como Thea Schonfelder, Les Kadis y Ruth McClendon. Ellas fueron las que iniciaron este hermoso viaje, que luego fue sistematizado y difundido por Bert Hellinger, considerado el padre de las Constelaciones Familiares.
Bert Hellinger, un filósofo, teólogo y pedagogo alemán, vivió experiencias transformadoras durante su vida, incluyendo su participación en la Segunda Guerra Mundial y su tiempo como misionero entre las tribus Zulus en Sudáfrica. Durante esos años, participó en rituales de honor a los ancestros, lo que influyó profundamente en su enfoque terapéutico. Al regresar a Alemania, se sumergió en diversas corrientes de psicoterapia, como el Psicodrama, la Hipnoterapia y la Terapia Gestalt, y fue en este contexto donde participó por primera vez en una Constelación Familiar. Así, fusionó sus aprendizajes y creó lo que hoy conocemos como las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger.
El término original en alemán, "Aufstellung", se traduce como "posicionamiento", y al profundizar en el tema, comprendemos mejor la esencia de este nombre.
Un Enfoque Integral para el Bienestar Emocional
La terapia sistémica es un enfoque terapéutico que se centra en las interacciones y relaciones dentro de un sistema, ya sea una familia, una pareja, una empresa o un grupo. A diferencia de otros
enfoques que pueden centrarse en el individuo de manera aislada, la terapia sistémica considera que los problemas emocionales y conductuales no surgen en el vacío, sino que están profundamente influenciados por el contexto relacional en el que se desarrollan.
La terapia sistémica se basa en la idea de que cada miembro de un sistema afecta y es afectado por los demás. Por ejemplo, en una familia, las dinámicas entre los padres y los hijos pueden influir en el comportamiento y el bienestar de cada uno. Este enfoque busca identificar patrones de comunicación y comportamiento que pueden estar contribuyendo a los problemas, y trabaja para cambiar esos patrones de manera que se fomente un ambiente más saludable y funcional.
Hellinger se dio cuenta de que la conciencia no siempre se rige por lo que consideramos correcto o incorrecto. En su búsqueda, identificó tres leyes fundamentales que rigen las Constelaciones Familiares:
La Ley de Pertenencia: Todos los miembros de un sistema familiar tienen derecho a ocupar su lugar. Cuando excluimos a alguien, creamos un desequilibrio que puede afectar a las generaciones actuales y futuras.
La Ley de la Jerarquía: El orden es esencial para la armonía. Cada miembro de la familia tiene un lugar y un rol que debe ser respetado. Cuando desafiamos este orden, las consecuencias pueden ser diversos desequilibrios entre los miembros de un sistema.
La Ley del Equilibrio: Las relaciones deben basarse en un intercambio justo entre dar y recibir. Cuando uno de los dos se siente en deuda o no puede recibir, se genera un desequilibrio que puede llevar a la ruptura de la relación.
A través de un proceso fenomenológico, las Constelaciones Familiares nos permiten explorar el campo sistémico y energético de nuestras familias. Nos ayudan a tomar conciencia de cómo las
experiencias y emociones de nuestros antepasados influyen en nuestra vida actual. En este sentido, el amor se presenta como la única energía que puede sanar y restaurar el equilibrio.
La epigenética también juega un papel crucial en este proceso, ya que nos muestra cómo el entorno en el que crecimos moldea nuestras creencias y puede incluso modificar nuestro ADN. Esto nos recuerda que somos parte de un sistema más grande y que nuestras acciones y emociones tienen un impacto no solo en nosotros, sino también en las generaciones que vendrán.
Las constelaciones han sido una guía fundamental en mi vida, primero al hacerme ver dónde estaba y el lugar que debería ocupar, luego a través de mi trabajo como consteladora, he podido descubrir y conectar con mi lugar en el mundo. Cada sesión me ha permitido ver cómo las dinámicas familiares y las relaciones se reflejan en el cosmos, ayudándome a entender mi propio camino y el mundo en que vivimos. Gracias a este proceso, he encontrado un sentido de pertenencia y claridad que antes me faltaba. Las constelaciones no solo me han enseñado sobre los vínculos que nos unen, sino que también me han permitido localizar el lugar que realmente me corresponde en esta vasta red de vida. Es un viaje transformador que me llena de gratitud por haberla encontrado.
Al reflexionar sobre nuestra existencia, es natural preguntarnos:
¿Quién soy dentro de este sistema familiar?
¿Qué vengo hacer en este planeta?
Gracias por acompañarme hasta aqui :)
¡Buen Camino!
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